jueves, 28 de septiembre de 2017

DIOS TIENE MADRE

Domenico Beccafumi (1486-1551).
La Virgen María amamanta a Jesús.

Es cierto que una vena machista atraviesa el cristianismo desde San Pablo, pasando por Tertuliano: desconsideración hacia la mujer de raíz patriarcal y semita. El Apóstol de los gentiles manda a las mujeres callar en la asamblea (ekklesía) cristiana. El matrimonio es para él un último recurso para contener las oscuras pasiones de la carne: "casarse o abrasarse". Tertuliano culpa a la curiosidad y a la ambición de Eva del pecado original que torció a la humanidad.



Pero es también cierto que durante el imperio romano de los Antoninos el cristianismo reivindicó  mayor dignidad para la mujer como "parra fecunda" en medio del hogar y también como sujeto civil. Antes, el sabio pagano Plutarco (46-120) defendía la libertad de la mujer en el amor, sus indudables actitudes culturales y su valor personal en igualdad con el varón.

Cuando se ataca el machismo de la Iglesia, no se tiene en cuenta que en el cristianismo una mujer, misteriosamente virgen, María, es nada más y nada menos que Madre de Dios. Con razón se investiga el importante papel de María Magdalena en el cristianismo primitivo, ¿compañera, discípula, esposa de Jesús? María de Magdala, icono de la Afrodita cortesana, arrepentida y luego purificada, fue sin embargo la primera persona a la que Jesús según el cuarto Evangelio se apareció, una vez resucitado.

Santa Catalina de Alejandría (s. IV), figura legendaria, doncella, mártir y triunfadora de la muerte
representará también esa misma naturaleza regenerada. La rueda con que le martirizaron y el anillo de los desposorios serán sus atributos. Una rueda repleta de puñales, como los siete que clavados en el corazón de María representan los siete dolores de la Madre Dolorosa en los altares de España. Santa Catalina es patrona cristiana de escolares, estudiantes y filósofos. La más famosa de sus sucesoras será santa Catalina de Siena, copatrona de Europa e Italia y doctora de la Iglesia.

Hacia el 250 d. C. se compuso un himno que aún se canta en los templos. Escrito en griego bizantino imploraba: ῾Υπο τὴν σὴν εὐσπλαγχνίαν καταφεύγομεν, θεοτòκε... En latín: Sub tuum praesidium confugimus, sancta Dei genitrix. En español:

Bajo tu amparo 
nos acogemos, madre de Dios,
no deseches las súplicas 
que te dirigimos en nuestras necesidades, 
antes bien, líbranos de todo peligro. 
¡Oh siempre virgen, gloriosa y bendita! 

Desde esta perspectiva, la mujer es generadora, engendradora de Dios, mediadora necesaria en el  misterio de la Encarnación de Dios, puente entre Cielo y Tierra, conexión de lo espiritual con lo carnal.

En el cristianismo gnóstico, Sofía es el eón o entidad superior más perfecta, símbolo de la Sabiduría esencial con la que el Padre engendró todas las cosas. Los eones del gnosticismo cristiano son andróginos: Padre-Sabiduría (Gracia), Intelecto-Verdad, Logos-Vida, Hombre-Comunidad. Estas entidades hermafroditas representan la coincidencia de los opuestos, la armonía de los contrarios o incluso la superación de la oposición macho/hembra.

Boehme, uno de los grandes místicos de la Reforma, explicaba la corrupción del hombre por la separación de Adán de la virgen Sofía para asociarse a Eva, la madre física, abandonando así lo espiritual por lo corpóreo.

***


CIRILO Y LOS NESTORIANOS

Cruz nestoriana de la Iglesia de Ceilán



En el año 431, Teodosio II, emperador del Imperio bizantino (lo que quedaba en Oriente del asolado imperio romano), convocó a los obispos al Concilio de Éfeso, ciudad a la que se retiró María y el evangelista Juan después de la ejecución de Jesús. 

Aunque estaban vivas las disputas entre los nestorianos, difisistas que sostenían la doble naturaleza de Cristo, humana y divina- y los partidarios de Cirilo, miafisitas que veían a Cristo como Dios encarnado con aspecto humano, la discusión en Éfeso se centró sobre todo en el título que correspondía a María: si sólo Christotokos (Madre de Cristo, es decir de Jesús humano y mortal, como defendían los nestorianos) o, además, el de Theotokos (Madre de Dios, o sea también madre del Lógos divino, como defendían los partidarios de Cirilo. Finalmente, la "discusión bizantina" la ganó Cirilo (parece que no le importó valerse de sobornos) y se le concedió a María el título de "Madre de Dios". 

Los nestorianos fueron condenados como herejes. El nestorianismo refutaba el concepto de encarnación, a favor del de cohabitación o yustaposición de ambas naturalezas, la divina y la humana, en Jesús, así que María sólo sería madre de su naturaleza humana, pero no de la divina. La doctrina nestoriana seguía las enseñanzas de Teodoro de Mopsuestia. A Nestorio, llamar a María "Theotokos" le parecía blasfemo. 

Desterrado del imperio romano, el nestorianismo se extendió por el imperio sasánida, India (suroeste malabar), China, Ceilán...

Mapa del apogeo nestoriano durante la Alta Edad Media.
En Arabia no llegó a sustituir a los cultos tribales e idolátricos,
y en el siglo VII fue suplantado por el Islam.

En Mesopotamia, los cristianos nestorianos educaron a los musulmanes y fueron la genuina correa de transmisión del conocimiento científico y filosófico grecorromano a la incipiente cultura islámica y primitiva civilización árabe, por ejemplo en la célebre Academia de Gundishapur dedicada por sabios nestorianos sobre todo a la medicina. Los primeros califas omeyas tuvieron médicos nestorianos seguidores de Galeno.

De la extensión del nestorianismo por Asia, y entre los mongoles, la tribu de los Khitan o Kitans, surge la leyenda de El Preste Juan, nombre que muchos suponen alteración de la palabra "Khan", César o Rey.

CIRILO E HIPATIA

En 415-6 una turba de fanáticos cristianos asesinó a la ilustre filósofa Hipatia. Durante siglos se responsabilizó a Cirilo, patriarca cristiano de Alejandría de este crimen. Sin embargo, un autor próximo a los hechos, Sócrates Escolástico, señala que el lamentable hecho fue causa de oprobio para Cirilo y la iglesia de Alejandría. El propio Cirilo reprocha a los alejandrinos su carácter pendenciero y levantisco en una homilía del 419, y en el 422 otra turba asesinó al prefecto imperial Calisto, sucesor de Orestes que había sido discípulo de la filósofa.

Damascio, filósofo pagano del siglo VI, también responsabilizó a Cirilo del homicidio de Hipatia y el obispo copto del siglo siguiente Juan de Kikiû lo confirma e intenta justificar el martirio de la filósofa y científica tachándola de "bruja peligrosa", pero ningún escrito ni testimonio directo apoya esta miserable acusación.

Hipatia, figurada por Rafael Sanzio
 en su cuadro La Escuela de Atenas


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